Verdades contra mentiras

El principal fundamento de la Biblia es la verdad.

Cuando encontramos una verdad en la Biblia lo primero que hacemos es confrontarla con aquello que nos ha afectado por muchos años.

Que por lo general son mentiras, tan bien elaboradas, que parecen verdades.

Cuando uno lee la Biblia surge una lucha genuina entre la verdad y la mentira. Te voy a poner un ejemplo, hay muchas personas que desde niños les enseñan a vengarse.

Si esta persona después de 35 o 40 años de ejercitar la venganza lee la Biblia y encuentra pasajes concretos para evitar la venganza, le causa un conflicto, es un conflicto entre lo que ha creído desde pequeño con la verdad que está aprendiendo de adulto.

Y no va a ser fácil para él dejar la venganza a un lado, todavía más, cuando ésta es un hábito y un estilo de vida. La verdad contra la mentira.

Lo primero que sucede cuando empezamos a leer la Biblia es que nuestro radar interno empieza a funcionar, es un radar que después de estar mucho tiempo inactivo, debe empezar por reconcer lo verdadero, lo fundamentado en la verdad.

Y la mejor manera de hacerlo es estar en contacto continuo con la verdad misma. Se dice que los cajeros del banco están tan habituados a manejar el dinero real y verdadero que cuando llega un billete falso lo reconocen al instante.

No toman cursos de doce meses para ser expertos en identificación de dinero falso, tal vez les den algunas directrices, pero su verdadera habilidad para identificar lo falso de lo verdadeo es el contacto continuo con los billetes reales.

Eso les da la pericia para reconocer los falsos, eso mismo se puede aplicar a las verdades y mentiras de la vida.

Entre más estés en contacto con las verdades de la Biblia más fácil será para ti poder identificar las cosas falsas que sólo te han generado dolor.

La Biblia es el mejor detector de mentiras con el que puede contar el hombre, nos da directrices muy claras y muy concretas para poder dirgir nuestras vidas de acuerdo a verdades que se pueden poner en práctica, no es casualidad que muchas de las constituciones del mundo tienen principios bíblicos, sería verdaderamente desagradable tener un Dios que nos diera un instructivo que no se pudiera entender y sería un Dios muy malo si pudieramos entenderlo pero no pudieramos ponerlo en práctica.

Cuando empezamos a darnos cuenta del valor real de la Biblia, ese libro que por muchos años lo tuvimos de adorno se convierte en el mejor instrumento de dirección para nuestra vida, es una brújula que no podemos dejar a un lado, la cuiadamos y le empezamos a sacar el mayor jugo posible.

No conocer la Biblia es caminar a ciegas por el mundo.

No consultar la Biblia es como querer manejar de noche sin luces, no poner en práctica lo que has leído en la Biblia es querer que se te quite el hambre sin comer.

La Biblia es la luz que nos alumbra el camino, son las señales que nos muestra cómo está el camino es el mapa que necesitamos para llegar a nuestro destino.

Por todo esto alístate, prepárate para entrar en contacto con la mejor tecnología que puede acceder el hombre.

Armando Carrasco