”Mi vida está de continuo en peligro, mas no me he olvidado de tu ley. Me pusieron lazo los impíos, pero yo no me desvié de tus mandamientos.” Salmos 119:109-110
Vale la pena repasar que para estudiar el salmo 119, se puede uniformar todas las veces que aparecen las palabras: testimonios, decretos, dichos, leyes, estatutos, mandamientos, y otras más, como sinónimos de La Palabra (La Biblia).
Teniendo esto en cuenta, analicemos el pasaje que nos toca el día de hoy. En este pasaje dice el salmista que toda su vida está de continuo en peligro. No sabemos exactamente los hechos que ponían en peligro su vida pero nos queda claro que su vida todo el tiempo estaba en peligro.
Esto me hace pensar en las profesiones tan peligrosas que existen, como el ejército, la policía, la judicial, profesiones en las que sus practicantes todo el tiempo están en peligro. Así es su carrera, su profesión incluye vivir todo el tiempo en peligro.
Pero lo increíble es que aún para estas personas hay una palabra de ánimo. Dice el autor de este salmo que aún cuando su vida corre peligro, no se olvida de Su Palabra. Puede ser que tú formes parte de este grupo de personas, en las que continuamente estás en peligro, pero debes hacer lo que hizo el salmista; Nunca olvidarte de Su Palabra. Es ésta la que te va a sostener en tiempos difíciles, es la Palabra la que te va a proteger.
Aún cuando se ponga más difícil una determinada situación, como la que expresa el salmista, que dice que los impíos le pusieron una trampa, aún con todo él no se desvió de La Palabra.
Mucha gente cuando ve en peligro su vida hace a un lado todo, inclusive sus más profundas convicciones. Por eso, La Palabra debe estar cincelada en nuestros corazones, no es suficiente leerla de vez en cuando, es necesario que se quede grabada en nuestras vidas.
De tal manera que estemos en paz o en guerra, que estemos con amigos o con enemigos, Su Palabra siempre esté con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Haz como el autor de este salmo; no olvides y no te desvíes.
Armando Carrasco Z