“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.” Salmos 119:103-104
Seguramente la forma más común que esperaríamos leer sería: “cuán dulces son a mis oídos tus palabras”. Eso sería lo lógico. Pero vemos que dice que las palabras de Dios son dulces a su paladar, por lo que notamos que realmente lo que está diciendo es que las palabras de Dios pueden comerse.
Esto nos hace una referencia directa a la palabra que dijo Jesucristo, registradas en Mateo 4:4, donde dice: “no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La Palabra de Dios alimenta nuestras vidas. Es el alimento que sostiene sano a nuestro hombre interior. Ese es el argumento por el cual debemos procurar alimentarnos con Su Palabra todos los días, creo que Dios hace también una referencia a esto, por la necesidad de procurarlo todos los días.
Pero, además, dice que es un alimento dulce. Es algo que al comerlo nos sabe dulce y sabroso. Cuando uno se acostumbra a sustentarse de la Palabra de Dios, uno empieza a catar verdaderamente tanta riqueza, tanta sabiduría, tanto consejo y tanto amor.
En la otra parte, vemos que esta Palabra divina nos hace más inteligentes, estar en contacto diario con ella, hace que nuestras vidas adquieran más inteligencia. Y la Biblia nos enseña que la verdadera inteligencia es apartarse del mal. Por lo que, estar en contacto con ella, nos da la capacidad de poder alejarnos de todo aquello que no nos conviene. A veces queremos alejarnos de algo que sabemos que está mal pero no podemos. Es aquí donde debemos atender el consejo de saturarnos de Su Palabra para adquirir inteligencia y apartarnos del mal.
Por último; nos dice una de las consecuencias de adquirir sabiduría. Nos dice que al obtenerla nos aparta de los caminos de mentira. Y aquí se abren dos brechas.
Un camino de mentira es cuando uno mismo tiene el “hábito” de hablar mentiras, o que está viviendo sobre un cimiento de mentira. Que todo lo que ha construido está basado en una mentira.
Y el otro aspecto, son todos aquellos caminos de mentira en los que podemos caer, caminos que se nos presentan en la vida que aparentemente son correctos pero que verdaderamente son basados en algo que no es real. La Biblia nos ayuda a distinguirlos y a no caer en ellos, esa es una de las razones por las que debemos procurar alimentarnos todos los días con Sus Palabras.
Armando Carrasco Z.