“Contra mi forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos. Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.” Salmos 119:69-70
Muchos de los ataques que tenemos en la vida son utilizando como medio las palabras en contra nuestra que llegan a lastimar de manera profunda. Pero cuando esos ataques son basados en la mentira, entonces además de la herida, surgen otros sentimientos que llegan a doler tanto que nos sentimos totalmente humillados e impotentes.
Cuando alguien nos agrede de esta manera lo más seguro es que uno de sus puntos débiles sea la soberbia. Porque la gente que batalla con la soberbia no puede vivir con alguien que sea superior a ellos, y están dispuestos a hacer lo que sea para ser siempre los mejores. Muchas veces esta gente soberbia genera mentiras contra nuestra sin importarle las consecuencias.
Lo bueno es que en este pasaje nos da la solución; lo primero que debemos hacer es “guardar Sus Mandamientos” los cuales nos dicen varias cosas:
- De Dios es la venganza, no debemos buscar vengarnos por nosotros mismos ya que eso sólo atrasa los planes de Dios.
- Debemos perdonarlos y orar por ellos, dice la Biblia que al hacerlo se amontonarán ascuas de fuego sobre su cabeza, y no es otra cosa que al final de todo ellos quedarán avergonzados.
- La soberbia es la antesala de la caída. Donde hay soberbia hay alguien a punto de caer. La soberbia es un pecado que anuncia públicamente una caída, por lo que, lo único que debes hacer es esperar. Todo lo demás sucede por sí solo.
Dice en este pasaje que ellos, los soberbios, engrosaron su corazón con sebo. En otras palabras; sólo le dieron a su espíritu, grasa. No pudieron crecer en carácter, no pudieron alimentarse con cosas que los hicieran crecer como personas, solo comieron sebo y eso los hizo engordar en su corazón y todo corazón con grasa es un corazón enfermo.
Pero el autor de este salmo dice que él, en Su Palabra se regocijó. Eso es clave, si quieres mantenerte fuera de la zona de la soberbia, una solución eficaz es alegrarte con lo que dice Su Palabra. Para esto debemos conocerla, estudiarla y meditarla.
Recuerda un soberbio usa las mentiras para atacar, un soberbio engrosa su corazón con sebo (grasa) pero si quieres ser humilde la mejor receta es alegrarte con Su Palabra.
Armando Carrasco Z.