Este tipo de dolor es algo que no está en los archivos médicos.
Ni siquiera lo toman como dolor, pero es real y existe. Es un dolor que no lo puede detectar ningún aparato médico pero el afectado lo siente y lo sufre.
Tal vez de los tres dolores que mencioné ninguno se acople a tu necesidad actual, pero sabes de que sabes que hay algo interno que está mal.
Aparentemente tienes el control de todo pero la verdad tu vida está en un hilo. ¿No has visto en las noticias de hombres y/o mujeres que aparentemente estaban bien y de repente se suicidan? Es por esta clase de dolor, a veces imperceptible hasta para los que lo sufren.
Por eso quiero mencionarlo aquí. Es un dolor acumulativo, es un dolor que no duele al principio, ni siquiera lo percibimos. Es el dolor que causa hacer las cosas mal.
No me refiero a nuestras fallas. Me refiero a cuando voluntariamente hacemos el mal. Cuando premeditadamente o por hábito hacemos el mal.
Y aqui se disparan los rangos y las proporciones para medir el mal, porque no tenemos parámetros que nos delimiten en nuestro concepto de muy malo o poco malo.
Pero quiero poner un ejemplo, el joven de la carnicería que altera su báscula para vender menos de lo que la gente le paga o el hombre de negocios que está acostumbrado a usar sobornos para conseguir contratos, y muchas otras cosas que hacemos deliberadamente.
Este tipo de dolor provoca también una cicatrización muy rara, desconocida por la mayoría de los hombres, es una cicatrización superficial que no sana la herida, sólo la esconde.
Es una costra que se hace callo por encima de la herida sin sanarla. Esta costra hace que los sentimientos y emociones se anestesien y hacen insensible el corazón de las personas.
Lo malo de este dolor es que estalla de repente cuando menos se imaginan. Y no saben ni de qué se trata. Pero quiero decirte que para este dolor también hay esperanza. La Biblia tiene parámetros muy claros y prácticos para orientar sobre lo que es bueno y lo que es malo.
Lo que te dije al principio aqui lo quiero recalcar; La Biblia no es un libro místico ni misterioso, es un libro con verdades que se pueden llevar a la práctica.
Es el instructivo para vivir nuestras vidas plenamente. No necesitamos estar enfermos para buscar ayuda en la Biblia. Tiene un contenido altamente valioso para nuestras vidas.
Armando Carrasco Z