El libro de los Salmos es en lo particular muy apreciado por su riqueza para entender muchas de las cualidades de Dios desde un punto de vista humano. En los Salmos vemos las grandeza de Dios pero vemos también la gran necesidad humana. En los Salmos no vemos a los hombres de Dios como hombres extraordinarios, al contrario vemos que eran hombres con las mismas necesidades internas que las de nosotros. Por eso es que siempre recomiendo leer los Salmos continuamente. Hoy medité en un versículo del libro de los Salmos, el 119, versículo 105 que dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” En otras palabras la Biblia es una lámpara que va alumbrando nuestros caminos. Cuando somos asiduos lectores de ella, nos va mostrando el camino. Esto provoca un sentimiento de seguridad, es exactamente como cuando se va la luz que no vemos nada y nos vamos tropezando con todo, pero al momento de prender una lámpara podemos ver por dónde caminar. Igual nos pasa en la vida, a veces las circunstancias adversas oscurecen nuestro camino y no vemos por dónde seguir. Es allí donde necesitamos alumbrar los senderos de nuestra vida con la Biblia. Ese libro que muchas veces tenemos de adorno tiene la preciosa cualidad de guiar nuestros pasos y nuestras decisiones. Bájala del librero, y haz el hábito de leerla de manera consistente. Te vas a llevar una agradable sorpresa, te va a guiar de la mano alumbrando tu camino. No importa que tan oscuro esté tu camino, no importa qué tan negro sea el panorama en tu vida, la Biblia tiene la capacidad de mostrarte el camino. Armando Carrasco Z.