Antes que nada hagamos una definición de terapia y digo hagamos porque en estos últimos tiempos se ha popularizado esta palabra y nos encontramos ahora con un sin fin de “terapias”.
La definición básica de diccionario es la parte de la medicina que se ocupa del tratamiento de las enfermedades.
Otra definición es el tratamiento de algunas enfermedades en las que se intenta la readaptación del paciente a la vida diaria.
Y de aquí han surgido varias connotaciones de esta palabra, la más común; los sistemas o dinámicas que producen mejoría en los pacientes.
Estas terapias se han hecho famosas principalmente porque prometen reducir el estrés, en otras palabras no otorgan soluciones reales al problema, sino que sólo atacan los efectos producidos por los problemas.
Lo que me gusta de la Biblia es que se enfoca a la raíz de los problemas y por lógica se acaban muchos de los efectos.
Cuando alguien se rompe un brazo y es enyesado por dos o tres meses o más, el brazo sufre de inmovilidad y aún quitando el yeso no lo puede mover, entonces entra a una terapia para que pueda recuperar el movimiento del brazo, los primeros pasos de la terapia son muy dolorosas, y van disminuyendo hasta que el brazo recupera su total movilidad.
Igual pasa con la Biblia, al tener años con un problema no atacado de fondo, estamos necesitados de terapia a fondo y a veces es doloroso, pero quiero decirte que es el clásico dolor de las inyecciones, que nos duele, pero sabemos que es el principio de nuestra recuperación.
Esto es lo que me gusta de las terapias de la Biblia que van al fondo verdadero de las cosas en nuestra vida. Y por lo tanto recibimos resultados duraderos.
No te quiero asustar que usar la Biblia como terapia duele, no, quiero convencerte que la mejor alternativa para muchos de los problemas de nuestra vida es solucionarlos de fondo.
Por lo tanto la definición con la que me quedo es la siguiente: Bibliaterapia es el tratamiento a través de las Escrituras para solucionar aquellos problemas que han afectado nuestra vida y que nos sirve para recuperar nuestra salud integral.
La lectura y estudio de la Biblia como terapia no sustituye en lo absoluto a la consulta médica, ni sustituye a las medicinas, ni sustituye a los psicólogos.
No por leer la Biblia vas a dejar de consultar al doctor o al especialista o al psicológo.
Ciertamente al leer la Biblia te darás cuenta de muchas cosas en tu vida que tienes que arreglar y que al poner en práctica los principios bíblicos encontrarás solución para tus problemas.
Armando Carrasco Z