A lo largo de 28 años he conocido a mucha gente que se da por vencida para leer la Biblia; muchos de ellos dicen que no le entienden y es verdad.
A mí me sucedió, recuerdo que intenté varias veces leer la Biblia “por cultura” y nunca le entendí, lo más curioso es que no podía terminar ni siquiera un capítulo. Hice el intento como cuatro veces y mejor la dejé en paz.
Sucedió tiempo después que m di cuenta que la mejor manera de entender la Biblia es que te la explique el mismo Autor.
Para un libro normal, común y corriente, de autor humano, sería imposible y ridículo tener que conocer al autor del libro para entenderle, y mucho menos pedirle al autor que le explique su libro, pero la Biblia es otra cosa, simplemente porque su autor es Dios mismo.
Y Él sí puede estar en muchos lados a la vez explicándole su libro a quien se lo pida.
Yo te recomiendo que hagas las paces con Dios. Seguramente me puedes decir: “pero si yo no he roto mis relaciones diplomáticas con Dios” ó “yo siempre he creído en Él”.
Déjame explicarte, el problema lo venimos arrastrando por herencia, es el problema del pecado. Estamos alejados de Dios por el pecado.
Dios es Santo y no puede habitar con el pecado, por simple naturaleza, lo santo no se mezcla con el pecado. Y nosotros somos pecadores. Independientemente del pecado que comentemos en la vida, está el pecado que heredamos de los primeros hombres que creó Dios.
Cuando Adán y Eva desobedecieron le dejaron como herencia el pecado a toda la humanidad. Entonces desde que nacemos traemos en el paquete hereditario ese pecado y nosotros sin hacer nada simplemente por pura herencia.
Me acuerdo que hace unos años se publicó un anuncio en las principales revistas de los Estados Unidos que tenía una foto de una bebé recién nacida. El título del anuncio decía: “esta niña heredó los ojos de su abuela, heredó la sonrisa de su papá y heredó la adicción a la cocaína de su madre”.
Era impactante, esa pobre niña no tenía la culpa de nacer con una adicción a la cocaína, pero la herencia es una cosa fuertísima y muy real. Asi es el pecado que venimso cargando desde que nacemos, lo traemos por herencia.
Es aquí donde cobra sentido todo lo que hizo Jesús. El hijo de Dios tenía que ser sacrificado para que se pudiera borrar el pecado del hombre.
El vino a pagar el precio de la reconciliación. Su sangre tiene la capacidad y poder de borrar todo nuestro pecado. En el momento que le reconocemos como nuestro salvador, en ese momento nuestra cuenta queda saldada delante de Dios.
Y ahora sí podemos empezar una relación nueva con nuestro Dios. Ahora como hijos podemos empezar a conocer realmente a Dios.
Dios es real y está buscando gente que le crea.
Yo tengo veintiocho años de haber empezado mi relación personal con Él. Y créeme han sido intensos, por nada del mundo cambio este tiempo, Él es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.
Después de que me animé y concientemente le pedí que quería conocerlo, inmediatamente le entendí a la Biblia.
Es impresionante. Difícil de explicar, pero ha así sucedió; mi primer Biblia está toda subrayada, diario encontraba verdades que me impactaban, y hoy después de todos esos años la Biblia sigue hablándome directo al corazón.
Yo te animo a que des el paso más importante de tu vida y restaures tu relación con Dios. Esto no tiene nada que ver con religión, esto tiene que ver con relación. De nada sirve ninguna religión si la relación con Dios está muerta.
La mejor experiencia que puedes tener en esta vida es conocer de manera personal a tu Creador.
Armando Carrasco